La necesidad del Pensamiento Complejo. Edgar Morin
Edgar Morín ve a los procesos sociales en movimiento incluye preocupaciones éticas como centrales para la observación de procesos sociales, entendiendo que la ética también evoluciona, en si misma, como un proceso social.
Complejidad. <<complexus>> lo que está tejido en conjunto
La complejidad es un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico. Así es que la complejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable.
La complejidad ha vuelto a las ciencias por la misma vía por la que se había ido. El desarrollo mismo de la ciencia física, que se ocupaba de revelar el Orden impecable del mundo, su determinismo absoluto y perfecto, su obediencia a una Ley única y su constitución de una materia simple primigenia (el átomo), se ha abierto finalmente a la complejidad de lo real. Finalmente, se hizo evidente que la vida no es una sustancia, sino un fenómeno de auto-eco-organización extraordinariamente complejo que produce la autonomía. Desde entonces es evidente que los fenómenos antropo-sociales no podrían obedecer a principios de inteligibilidad menos complejos que aquellos requeridos para los fenómenos naturales. Nos hizo falta afrontar la complejidad antropo-social en vez de disolverla u ocultarla.
La dificultad del pensamiento complejo es que debe afrontar lo entramado (el juego infinito de inter-retroacciones), la solidaridad de los fenómenos entre sí, la bruma, la incertidumbre, la contradicción. Pero nosotros podemos elaborar algunos de los útiles conceptuales, algunos de los principios, para esa aventura, y podemos entrever el aspecto del nuevo paradigma de complejidad que debiera emerger.
La antigua patología del pensamiento daba una vida independiente a los mitos y a los dioses que creaba. La patología moderna del espíritu está en la hiper-simplificación que ciega ala complejidad de lo real. La patología de la idea está en el idealismo, en donde la idea oculta a la realidad. La patología de la razón es la racionalización. Aún somos ciegos al problema de la complejidad.
Tenemos que comprender que estamos siempre en la era bárbara de las ideas. Estamos siempre en la prehistoria del espíritu humano. Sólo el pensamiento complejo nos permitiría civilizar nuestro conocimiento.
La ciencia del hombre no tiene fundamento alguno que enraíce al fenómeno humano en el universo natural, ni método apto para aprehender la extrema complejidad que lo distingue de todo otro fenómeno natural conocido.
La sobrenaturalidad del hombre es un movimiento sobre dos frentes, aparentemente divergentes. Se trata ciertamente de reintegrar al hombre entre los otros seres naturales para distinguirlo, pero no para reducirlo. Se trata en consecuencia, de desarrollar al mismo tiempo una teoría, una lógica, una epistemología de la complejidad que pueda resultarle conveniente al conocimiento del hombre.
Complejidad. <<complexus>> lo que está tejido en conjunto
La complejidad es un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico. Así es que la complejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable.
La complejidad ha vuelto a las ciencias por la misma vía por la que se había ido. El desarrollo mismo de la ciencia física, que se ocupaba de revelar el Orden impecable del mundo, su determinismo absoluto y perfecto, su obediencia a una Ley única y su constitución de una materia simple primigenia (el átomo), se ha abierto finalmente a la complejidad de lo real. Finalmente, se hizo evidente que la vida no es una sustancia, sino un fenómeno de auto-eco-organización extraordinariamente complejo que produce la autonomía. Desde entonces es evidente que los fenómenos antropo-sociales no podrían obedecer a principios de inteligibilidad menos complejos que aquellos requeridos para los fenómenos naturales. Nos hizo falta afrontar la complejidad antropo-social en vez de disolverla u ocultarla.
La dificultad del pensamiento complejo es que debe afrontar lo entramado (el juego infinito de inter-retroacciones), la solidaridad de los fenómenos entre sí, la bruma, la incertidumbre, la contradicción. Pero nosotros podemos elaborar algunos de los útiles conceptuales, algunos de los principios, para esa aventura, y podemos entrever el aspecto del nuevo paradigma de complejidad que debiera emerger.
La antigua patología del pensamiento daba una vida independiente a los mitos y a los dioses que creaba. La patología moderna del espíritu está en la hiper-simplificación que ciega ala complejidad de lo real. La patología de la idea está en el idealismo, en donde la idea oculta a la realidad. La patología de la razón es la racionalización. Aún somos ciegos al problema de la complejidad.
Tenemos que comprender que estamos siempre en la era bárbara de las ideas. Estamos siempre en la prehistoria del espíritu humano. Sólo el pensamiento complejo nos permitiría civilizar nuestro conocimiento.
La ciencia del hombre no tiene fundamento alguno que enraíce al fenómeno humano en el universo natural, ni método apto para aprehender la extrema complejidad que lo distingue de todo otro fenómeno natural conocido.
La sobrenaturalidad del hombre es un movimiento sobre dos frentes, aparentemente divergentes. Se trata ciertamente de reintegrar al hombre entre los otros seres naturales para distinguirlo, pero no para reducirlo. Se trata en consecuencia, de desarrollar al mismo tiempo una teoría, una lógica, una epistemología de la complejidad que pueda resultarle conveniente al conocimiento del hombre.
La organización o sea la auto-organización, está más allá de las posibilidades actuales de aprehensión de la cibernética, la teoría de sistemas, la teoría de la información y aun del concepto mismo de organización. Von Neuman: la máquina viviente (auto-organizadora y la máquina artefacto (simplemente organizada).
Si parto del sistema auto-eco-organizador y lo remonto, de complejidad en complejidad, llegamos a un sujeto reflexivo que no es otro que yo mismo que trato de pensar la relación sujeto-objeto, e inversamente. Así es que el mundo está en el interior de nuestro espíritu, el cual está en el interior del mundo. En ese proceso sujeto y objeto son constitutivos uno del otro.
La epistemología tiene necesidad de encontrar un punto de vista que pueda considerar nuestro propio conocimiento como objeto de conocimiento. Aquí se esboza el punto de vista epistemológico que permite controlar, es decir, criticar, trascender y reflexionar sobre nuestra teoría. La concepción compleja que tratamos de elaborar llama y aporta los medios para la autocrítica. Llama en un desarrollo natural a la revisión epistemológica; conlleva verdades biodegradables, es decir, mortales, es decir vivientes.
EL PARADIGMA DE COMPLEJIDAD
No hace falta creer que la cuestión de la complejidad se plantea solamente hoy en día, a partir de nuevos desarrollo científicos. Hace falta ver la complejidad allí donde ella parece estar, por lo general, ausente, como por ejemplo en la vida cotidiana. Vemos así que cada ser tiene una multiplicidad de identidades, una multiplicidad de personalidades en sí mismo, un mundo de fantasmas y de sueños que acompañan su vida.
El paradigma de simplicidad es un paradigma que pone orden en el universo y persigue al desorden. El paradigma de simplificación nos obliga ya sea a desunirlas, ya sea a reducir la más compleja a la menos compleja. Olvidamos que uno no existe sin el otro; más aún, que uno es, al mismo tiempo, el otro, si bien son tratados con términos y conceptos diferentes.
La complejidad aparecía al comienzo como una especie de hiato, de confusión, de dificultad. Si tenemos sentido de la complejidad, tenemos sentido del solidaridad. Más aún, tenemos sentido del carácter multidimensional de toda realidad. En un sentido, yo diría que la aspiración a la complejidad lleva en sí misma la aspiración a la completad, porque sabemos que todo es solidario y multidimensional.
La razón corresponde a una voluntad de tener una visión coherente de los fenómenos, de las cosas y del universo. La razón tiene un aspecto indiscutiblemente lógico. La racionalidad es el juego, el diálogo incesante, entre nuestro espíritu, que crea las estructuras lógicas, que las aplica al mundo, y que dialoga con ese mundo real. La racionalización consiste en querer encerrar la realidad dentro de un sistema coherente.
Ante todo, creo que tenemos necesidad de macro-conceptos. Del mismo modo que un átomo es una constelación de partículas, que el sistema solar es una constelación alrededor de un astro, del mismo modo tenemos necesidad de pensar mediante constelación y solidaridad de conceptos.
Tres principios
* Primero, principio dialógico que nos permite mantener la ldualidad en el seno de la unidad. Asocia dos términos a la vez complementarios y antagonistas.
* Segundo, principio de recursividad organizacional, es aquél en el cual los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce.
*Tercero, principio hologramático. En un holograma físico, el menor punto de la imagen del holograma contiene al casi totalidad de lq información del objeto representado. No solamente la parte está en el todo, sino que el todo está en la parte.
La complejidad es el desafío, no la respuesta. La idea de complejidad incluye la imperfección porque incluye la incertidumbre y el reconocimiento de lo lo irreductibles. La simplificación es necesario, pero debe ser revitalizada. La complejidad, no es solamente la unión de la complejidad con la no complejidad (la simplificación); la complejidad se halla en el corazón de la relación entre lo simple y lo complejo por que una relación tal es, a la vez, antagonista y complementaria. En el plano de la complejidad, en el tras-mundo no hay ni complejidad, ni simplicidad, ni orden, ni desorden, ni organización. Pero, detrás de la complejidad, el orden y el desorden se disuelven, las distinciones se esfuman. El mérito de la complejidad es el de denunciar la metafísica del orden.
Si parto del sistema auto-eco-organizador y lo remonto, de complejidad en complejidad, llegamos a un sujeto reflexivo que no es otro que yo mismo que trato de pensar la relación sujeto-objeto, e inversamente. Así es que el mundo está en el interior de nuestro espíritu, el cual está en el interior del mundo. En ese proceso sujeto y objeto son constitutivos uno del otro.
La epistemología tiene necesidad de encontrar un punto de vista que pueda considerar nuestro propio conocimiento como objeto de conocimiento. Aquí se esboza el punto de vista epistemológico que permite controlar, es decir, criticar, trascender y reflexionar sobre nuestra teoría. La concepción compleja que tratamos de elaborar llama y aporta los medios para la autocrítica. Llama en un desarrollo natural a la revisión epistemológica; conlleva verdades biodegradables, es decir, mortales, es decir vivientes.
EL PARADIGMA DE COMPLEJIDAD
No hace falta creer que la cuestión de la complejidad se plantea solamente hoy en día, a partir de nuevos desarrollo científicos. Hace falta ver la complejidad allí donde ella parece estar, por lo general, ausente, como por ejemplo en la vida cotidiana. Vemos así que cada ser tiene una multiplicidad de identidades, una multiplicidad de personalidades en sí mismo, un mundo de fantasmas y de sueños que acompañan su vida.
El paradigma de simplicidad es un paradigma que pone orden en el universo y persigue al desorden. El paradigma de simplificación nos obliga ya sea a desunirlas, ya sea a reducir la más compleja a la menos compleja. Olvidamos que uno no existe sin el otro; más aún, que uno es, al mismo tiempo, el otro, si bien son tratados con términos y conceptos diferentes.
La complejidad aparecía al comienzo como una especie de hiato, de confusión, de dificultad. Si tenemos sentido de la complejidad, tenemos sentido del solidaridad. Más aún, tenemos sentido del carácter multidimensional de toda realidad. En un sentido, yo diría que la aspiración a la complejidad lleva en sí misma la aspiración a la completad, porque sabemos que todo es solidario y multidimensional.
La razón corresponde a una voluntad de tener una visión coherente de los fenómenos, de las cosas y del universo. La razón tiene un aspecto indiscutiblemente lógico. La racionalidad es el juego, el diálogo incesante, entre nuestro espíritu, que crea las estructuras lógicas, que las aplica al mundo, y que dialoga con ese mundo real. La racionalización consiste en querer encerrar la realidad dentro de un sistema coherente.
Ante todo, creo que tenemos necesidad de macro-conceptos. Del mismo modo que un átomo es una constelación de partículas, que el sistema solar es una constelación alrededor de un astro, del mismo modo tenemos necesidad de pensar mediante constelación y solidaridad de conceptos.
Tres principios
* Primero, principio dialógico que nos permite mantener la ldualidad en el seno de la unidad. Asocia dos términos a la vez complementarios y antagonistas.
* Segundo, principio de recursividad organizacional, es aquél en el cual los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce.
*Tercero, principio hologramático. En un holograma físico, el menor punto de la imagen del holograma contiene al casi totalidad de lq información del objeto representado. No solamente la parte está en el todo, sino que el todo está en la parte.
La complejidad es el desafío, no la respuesta. La idea de complejidad incluye la imperfección porque incluye la incertidumbre y el reconocimiento de lo lo irreductibles. La simplificación es necesario, pero debe ser revitalizada. La complejidad, no es solamente la unión de la complejidad con la no complejidad (la simplificación); la complejidad se halla en el corazón de la relación entre lo simple y lo complejo por que una relación tal es, a la vez, antagonista y complementaria. En el plano de la complejidad, en el tras-mundo no hay ni complejidad, ni simplicidad, ni orden, ni desorden, ni organización. Pero, detrás de la complejidad, el orden y el desorden se disuelven, las distinciones se esfuman. El mérito de la complejidad es el de denunciar la metafísica del orden.